Si eres madre o padre de un bebé, es importante que trabajes para contribuir al desarrollo de sus sentidos, su capacidad cerebral y su conocimiento del entorno. Puedes hacerlo con juegos sencillos, que no requieren de ningún elemento más que del afecto y la atención, y que desarrollan las capacidades del niño, a la vez que lo hacen sentirse amado y cuidado.
Algunos ejemplos de juegos que puedes poner en práctica:
De 0 a 3 meses:
Los bebés hasta de un día reconocen las voces de sus padres. Mientras el niño está tendido sobre la espalda, ubícate a un lado de su cuna, y llámalo por su nombre. Continúa diciendo su nombre hasta que mueva los ojos o la cabeza hacia el sonido. Camina hacia el otro lado de la cuna y repite su nombre. Luego dale un masaje suave por todo el cuerpo mientras le sonríes, mirándole a los ojos, y llamándole por su nombre.
Ata una cinta al pie del bebé, con un sonajero en el otro extremo. Asegúrate de que el juguete no sea de un material duro y de que la cinta no esté muy apretada. Él mismo podrá mover el juguete y notar el efecto que causa al escuchar el sonido que se produce con cada movimiento. No te preocupes si los primeros tiempos no se da cuenta, poco a poco él irá descubriendo el juego.
Exponer a un bebé a muchas sensaciones diferentes (cuidando de no estimularle en exceso, y observando cualquier señal de que se ha cansado del juego) servirá para ampliar su conocimiento de sí mismo y del mundo. Prueba frotar sus brazos suavemente con diferentes tejidos: la seda, la lana y la tela de toalla son buenos tejidos para comenzar. Dale la oportunidad de experimentar con diversos olores. Sal con él al exterior y huelan una flor, huelan una naranja recién cortada, etc.
Inventa gestos y sonidos para comunicarte con tu niño. Asocia estas expresiones a las actividades cotidianas del día: ir a dormir, la hora del baño, la comida... Y acompáñalas también de palabras. Poco a poco el niño irá aprendiéndolos y pronto te imitará. Aunque no nos demos cuenta, estamos favoreciendo el desarrollo del lenguaje.
La estimulación auditiva también es muy importante: ponle música suave, cántale, pon a funcionar una cajita musical, etc.
De 3 a 6 meses:
Siéntate delante de un espejo con tu hijo en el regazo. Di: "¿quién es ese bebé?". Saluda con la mano del niño y di: "hola, bebé". Pregunta: "¿dónde está el pie del bebé?". Saluda con el pie del bebé y di: "hola, pie". Sigue haciendo preguntas y moviendo diferentes partes de su cuerpo para contestarlas. Agita la cabeza, saluda con la mano, aplaude, etc.
Decir frases cortas acelera el desarrollo de las aptitudes lingüísticas, y poner palabras a las imágenes ayuda al bebé a hacer relaciones entre ambas.
Comienza una conversación con tu bebé. Dile una frase corta como: "hace un día espléndido". Cuando el bebé te responde con un gorjeo o balbuceo, para de hablar y míralo a los ojos. Mientras le vas hablando, responde con una sonrisa o un movimiento de cabeza. Eso le indica al bebé que le estás escuchando atentamente y disfrutando de sus sonidos. Continúa con otra frase. Siempre para de hablar a fin de escuchar la respuesta de tu bebé. Cuando le haces saber que lo escuchas y te gusta lo que te dice, está desarrollando sus aptitudes lingüísticas y su confianza en sí mismo.
El número de palabras que un bebé escucha cada día influye sobre la inteligencia, sus modales sociales y sus logros futuros.
De 6 a 10 meses:
Haz aparecer y desaparecer cosas, a los niños les encanta; utiliza algunos de sus muñecos.
Aprovecha los momentos en los que está en la cuna, y hazlo sin que te descubra. Varía la forma, la frecuencia y el lugar por el que aparece el muñeco. Pero también crea patrones que se repitan, de manera que el niño llegue a anticipar su aparición. Déjale solo en la habitación, de forma que pueda ver la puerta, el mejor muñeco para aparecer y desaparecer eres tú.
Jugar con cacerolas es una buena manera de enseñar a tu bebé un montón de cosas nuevas. Pon una cacerola boca abajo en el suelo con un muñeco en su interior. Di: "uno, dos, tres, aquí vamos otra vez", y levanta la cacerola para que quede al descubierto el muñeco. Tu bebé estará encantado y querrá hacerlo una y otra vez. Ahora esconde el juguete y ayúdale a levantar la cacerola. El siguiente paso es darle la vuelta a la cacerola. Enséñale cómo hacerlo y ayúdale a intentarlo por su cuenta. Cuando ponga la cacerola boca arriba, toma el mismo juguete y déjalo caer en su interior.
Las primeras experiencias positivas determinan cuán complejas serán las conexiones de los circuitos nerviosos del cerebro.
Fomenta la repetición de sonidos. Los niños pequeños no se cansan de repetir. La repetición es una de las formas más eficaces que poseen para aprender. Repite canciones, pequeñas rimas, sonidos, ruidos... para que el niño te imite. Y si él comienza a hacer sus ruidos, balbuceos y gorjeos, imítale tú a él. Progresivamente podrás ir introduciendo variaciones, cambiando vocales o consonantes para practicar fonemas diferentes.
De 10 a 12 meses:
Jugar al aire libre cuando hace un día maravilloso es una manera estupenda de experimentar con todos los sentidos. Deja que el bebé gatee por el césped mientras permaneces a su lado. Nombra cada cosa que parezca interesarle. Huele las flores, hazle cosquillas con una brizna de hierba, busca insectos, toquen una corteza de árbol, etc. Hay muchas cosas que puede hacer. Dar vueltas sobre el césped también es divertido, y a tu bebé le gustará la sensación ligera y un poco punzante.
Las experiencias de la primera infancia tienen un impacto dramático y preciso sobre el desarrollo posterior, pues determinan físicamente cómo se conectan los complejos circuitos nerviosos.
Muéstrale un libro con imágenes atractivas y coloridas, señálale cada figura mientras repites el nombre de la misma.
El vínculo fuerte de amor que estableces con tu hijo o hija le ayuda a resistir los desconciertos y el estrés de la vida cotidiana, y lo más importante: compartirás momentos felices con la persona que más amas, y él se sentirá amado y protegido por ti.
Pensar.
Hace 2 días
Se suele "olvidar" a los bebés pensando que sólo es suficiente con cambiarle el pañal y darle el biberón, pero también es bueno jugar con ellos o ponerles música. Una entrada muy pedagógica, sobre todo para padres primerizos.
ResponderEliminarUn beso :-)